lunes, 22 de abril de 2013

¡Manos a la obra!


Esta última entrada se ha hecho esperar, pero bueno, por fin voy a empezar a mostraros cosas del PFC propiamente dicho.

Antes de enseñaros nada me gustaría comentar, que dado que el tipo de trabajo ya es distinto, el hacer dos entradas semanales es una locura. De hecho ya lo era, algunas entradas eran un tanto insustanciales… Así que los consejos los intercalaré con lo que muestre según sea oportuno. Me gustaría poder asegurar una entrada semanal, pero no me quiero aventurar a ello, así que en facebook, twitter, google+ y linkedin seguiré avisando cada vez que haya una publicación.

Pues lo dicho, ¡manos a la obra!

Lo primero que me gustaría enseñaros es el estado actual de la zona sobre la que actúo. Deciros que el norte siempre, a menos que se especifique lo contrario, está hacia la parte superior del plano. Osuna, para quien no lo sepa, está al oeste del plano y la zona arqueológica hacia el este, aunque algunos elementos ya se aprecian en el plano.

Estado actual


La intención principal del proyecto, es llevar el museo a la parte exterior de Osuna, a la zona en contacto con la zona arqueológica, por dos motivos: por un lado, el tener el museo en las afueras siembra más conciencia de que esa realidad arqueológica existe, por otro, Osuna está empezando a crecer hacia la zona arqueológica y el museo pretende ser el límite entre la ciudad y la zona arqueológica.

Para intentar conseguir estos propósitos se van a tratar las zonas marcadas en verde, respetando los límites de las veredas existentes (las líneas azules discontinuas).


Zonas de actuación


¿Cómo se van a tratar estas tres zonas? Pues intentando hacer a cada una partícipe de una parte del programa, siendo dicha parte del programa adecuado a la situación que se proponga.

Dicha fragmentación será:
Zona 1. Aparcamiento y Jardín previo de acceso.
Zona 2. Acceso  y edificio principal.
Zona 3. Cafetería y zona lúdica para niños.
Configurada sobre el plano de la siguiente forma tras las primeras pruebas.


Primer esquema de ubicación


Como se puede observar, pretendo que el aparcamiento ocupe lo menos posible para dejar un amplio espacio a una zona ajardinada que sirva de estado previo al acceso.

La cafetería aparece en ese punto con dos objetivos, poner en valor los restos de los baños, teniendo desde la cafetería y su terraza visión de ellos, y a la vez poder controlar a los niños en una zona de juegos relacionados con el museo, como pueda ser simulación de excavación, reconstrucción de mosaicos…

Por último, el edificio principal es apenas un cubo porque realmente está enterrado, de ahí que aparezcan los patios. Patios que he intentado sean los articuladores del museo (en clara referencia a Madinat Al-Zahra de Nieto y Sobejano). La iluminación no se conseguirá unicamente con los patios, también se iluminará el museo con tubos de luz, tubos de luz que en superficie ayudarán a conformar el mobiliario urbano de la plaza de acceso.

El muro trasero del cubo de acceso continúa por dos razones: como intento para intentar marcar un final que enmarca la entrada y salida de la ruta arqueológica y, porque, como veremos a continuación, es el muro que articula el museo en planta sótano.

EL propósito de la entrada, aunque de momento es un cubo, es que se convierta en algo más icónico.


Perspectiva de la entrada y planta sótano


El muro, el que se sombrea, es el muro principal, el que tiene continuidad en la parte superior. Este muro es el principal porque divide casi por completo los dos mundos del museo, el de acceso público y el de acceso privado o semipúblico.

El museo se organiza de la siguiente manera:
1. Zona expositiva
2. Tienda
3. Aseos
4. Vestuarios
5. Patio
6. Oficinas
7. Sala de máquinas
8. Almacén
9. Taller
10. Archivo
11. Sala de catalogación
12. Embalaje/Desembalaje

Secciones del edificio 
Llegados a este punto, me doy cuenta de que todavía no os he enseñado ninguna sección, que quizás es como mejor se entiende el proyecto o como mejor se entendería si las secciones estuviesen definidas.


Os muestro 3 ideas de sección, porque la manera de llevar a cabo la excavación todavía no la tengo muy clara… Todas las secciones hacen referencia a un mismo corte.

Por último decir, que esto es todo idea de proyecto, aún queda mucho trabajo por delante. Muchas cosas que cambiar, muchas cosas que repensar, muchas cosas que se que no están bien al 100%, que se ven raras, cosas que aún faltan… no creo que lo que habéis visto sea el aspecto final del museo, de hecho, no debería serlo, aunque sí parecido. Así que tal y como comencé la entrada: ¡Manos a la obra!

La próxima entrada será cuando haya cambios sustanciales o tenga algo interesante que contar, como la próxima corrección, que tras hablar con uno de los profesores del tribunal será esta semana o la próxima.





jueves, 11 de abril de 2013

El lápiz engaña

¡Hola!

La entrada de hoy se centra en algo muy tonto. El lápiz no es fiable. Prácticamente con esto podría darla por acabada. ¿Por qué? Todos lo sabemos.

Nadie discute que meterse a proyectar del tirón con el AutoCad (o el programa de diseño que cada uno utilice) es una locura, que hay que empezar con el lápiz, sobre el papel. Básicamente por dos cosas, por no perder la referencia de la escala (en el papel no podemos hacer zoom) y porque para empezar es mucho más rápido hacer croquis y bocetos a mano.

Pero a lo que iba, una vez que tienes esos croquis o bocetos, los ves muy bonitos, pero no te emociones ni corras, mételos, ahora sí, en el programa de diseño. ¿Sigue quedando igual de bien? Si es que sí, mejor, pero que no te extrañe que no lo sea. Así que a redibujar...

Aunque, y es el verdadero motivo por el que escribo esta entrada, puede pasarnos todo lo contrario, que tengamos un dibujo que no hay manera de cuadrarlo y que resulte que sea culpa del lápiz. Por eso, prueba también algún modelo, croquis o boceto que no te termine de convencer pero no sepas por qué es, a lo mejor ese por qué es que el lápiz te está engañando para mal. Como al pasarlo al programa de diseño quede bien puedes llevarte una gran alegría.

Cierto es que este último caso es menos común pero, si uno está atascado merece la pena probarlo. ¿No creeis?

¡Hasta después de feria!

lunes, 8 de abril de 2013

Defensa

¡Hola!

Me parece interesante, más para mí que para vosotros, recoger todas las críticas que me hicieron durante la defensa del PFC. A fin de cuentas por esas críticas es por las que estoy suspenso...

Pues bien, lo primero que he hecho ha sido agrupar esas críticas en dos grupos: lo que estaba bien y lo que no. Después he subdividido lo que no en otros subgrupos (proyectuales, espacio público, técnico y representación) para facilitarme saber dónde metí la pata en cada momento.

Empecemos por lo que estaba bien, que por desgracia es menos...
  • La zona de intervención es adecuada. El tema y la ubicación no cambian. Aunque eso sí, debo conseguir una mejor interrelación entre el espacio en que se ubica el edificio y las dos zonas ajardinadas cercanas.
  • Al estar fuera de ordenación y haberlo justificado, tengo todo el sitio del mundo.
  • El cálculo de la estructura es suficiente y estaba bien hecho, pero no habría estado mal una "segunda vuelta" (¿Responde al propósito del museo el sistema estructural?)

Y una vez repasado esto pasemos a lo que no estaba bien:

En este caso al revés, primero lo que más abundaba, fallos proyectuales:
  • La forma de intervención no era adecuada. Un edificio de carácter lineal y dos plantas no responde al programa de museo.
  • Organizar los espacios con más fuerza, son antesala del proyecto. Reorganizar la distribución.
  • La zona infantil debería poder controlarse desde la cafetería.
  • El porcentaje de salas de exposición era bajo frente al global del proyecto.
  • Había demasiados núcleos de comunicación para un edificio tan pequeño.
  • Tener un núcleo de escaleras abierto que conectaba zona expositiva y recibidor no era adecuado.
  • Al ser lineal, los recorridos eran muy largos.
  • La altura libre no era adecuada, hacerla más generosa, al menos en las zonas públicas y de exposición.
  • Los lucernarios, tal y como estaban planteados no servían de nada.
  • No colocar colectores sobre el espacio expositivo.
Espacio público (exterior):
  • Tratar el entorno con arboledas o elementos más discretos.
  • La ubicación del aparcamiento ha de ser coherente con el acceso al museo.

Técnico:
  • No todo ventilaba adecuadamente.
Representación:
  • No es necesario dibujar líneas que encierren el suelo de alzados y secciones.
  • El entorno basta con representarlo en una planta, no es necesario hacerlo en todas las del básico (esto me extrañó bastante después de pasarse toda la carrera diciéndonos que no olvidemos el entorno).
  • Hacer pruebas de impresión (esto fue un tema de tiempo, no de no querer hacerlo).

Bueno, entiendo que la mayoría de las cosas son problemas específicos de mi proyecto. Pero la idea que quiero transmitiros es que debéis ser conscientes de por qué suspendísteis y hacer especial incapié en esos puntos para la siguiente entrega.

¡Hasta pronto!

jueves, 4 de abril de 2013

No dejes la memoria para el final


¡Hola!

Ahora que me he documentado, tengo los programas personalizados para trabajar a buen ritmo, he confeccionado un programa válido, etc… me viene a la mente un nuevo fallo que cometí. No es otro que dejar la memoria para el final. Me estoy refiriendo sobretodo a la memoria descriptiva.

La memoria es tan parte del proyecto como los planos. En ella se explica por escrito y con alguna que otra imagen el tema, la ubicación, la estrategia de proyecto… esto lo sabéis todos tan bien o mejor que yo.

¿Qué por qué me equivoqué? Muy fácil, el proyecto va sufriendo modificaciones, modificaciones que debería sufrir también la memoria. He de reconocer que entre mi proyecto y mi memoria había alguna que otra incoherencia. Hice la memoria descriptiva al “acabar” el básico, pero después por temas de estructura e instalaciones lo modifiqué, como también modifiqué el espacio exterior. Esos cambios olvidé llevarlos a la memoria… Por eso os digo, tened un borrador y cambiarlo según cambie la estrategia de proyecto, no lo dejéis para el final por dos razones: seguro que se olvida algo por contar y si no tenéis la costumbre de cambiarlo a cada modificación no lo haréis con las últimas.

¿Por qué digo sobretodo la memoria descriptiva? Parece obvio, la memoria de estructura o cualquier instalación necesita un anejo de cálculo. Y por lo menos, en mi caso, si me acuerdo de modificarlo a cada modificación del proyecto. Veo una relación muy directa entre los números y los espacios, pero como hay cosas que se explican en los planos, se me olvida describirlas.

No soy un gran escritor, así que no sé si con el último párrafo he liado la cosa o ha quedado clara la idea que quería plantearos. Pero bueno, así queda.

¡Hasta otra!

lunes, 1 de abril de 2013

Un programa lo más claro posible desde el principio

¡Hola!

Ya estamos de vuelta de la Semana Santa. Ahora quedan dos semanitas en las que trabajar duro para poder ir las tardes a la feria. Para empezar volvamos a temas del blog:

Iba a empezar a meterle mano al diseño cuando he caído en algo que también me dio quebraderos de cabeza la última vez. El programa del edificio. Todo sea dicho, muchos problemas venían de un estudio menos exhaustivo del tema que el que he hecho esta vez.

Antes de empezar si quiera a intentar definir volúmenes deberíamos tener claro el programa, no necesariamente las superficies exactas, pero sí el número de estancias y su tamaño aproximado. Y sobretodo, ponerlo por escrito. Leerlo. Releerlo. Asegurarnos de que no falta nada.

Lo digo por experiencia, para la entrega anterior, como digo, puse por escrito el programa, pero no lo leí y releí y cotejé con un estudio exhaustivo de museos como he hecho esta vez. Hubo elementos que olvidé y otros que tuve que suprimir para colocar otros más importantes que también había olvidado.

Por eso repito, antes de empezar con el diseño aseguraros de que el programa no carece de ninguna estancia y que tiene un predimensionado más o menos lógico. A ser posible, sed generosos, siempre es mejor que sobre espacio y redistribuirlo o limitar el edificio que no que falte.

Tened claro que no os estoy diciendo que no empecéis a trabajar hasta que no tengáis el programa definitivo, pero sí que sea lo más parecido posible. Cuanto menos tengáis que cambiar el tamaño o configuración o tamaño del edificio por culpa del programa mejor.

Como imaginaréis esto significa que se acabó la fase de documentación, ya era hora y además tenía ganas de empezar a meterle mano al lápiz, que veía que el tiempo se me echaba encima. Esperemos que esto llegue a buen puerto...

¡Hasta la próxima!